Qué fácil es dar consejos
desde la obscena opulencia
a los pueblos oprimidos
que en el fondo solo están
para la supervivencia
Viene uno desde fuera
ve, observa, se aposenta
y encuentra la solución
a todos sus problemas.
Aconseja sabiamente
todo lo que hay que hacer
se inflama de palabras
que a huecas y viejas suenan
desde la suficiencia estúpida
del progre papanatas
Palabras, palabras, palabras
y olvida uno que quizás,
antes de hablar de revolución
aconsejando a los otros
debería haberla hecho el
en el tiempo en que tocaba
ya que, al fin y al cabo
sobrevivió cuarenta años
hasta que el dictador, el infame
no solo no fue derrocado
si no que murió en la cama.
y encima aún hoy en día,
por muchos es venerado.
Palabras, palabras, palabras
y detrás de ellas, el fracaso.*
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